jueves, 6 de septiembre de 2007
viernes, 24 de agosto de 2007
sábado, 18 de agosto de 2007
lunes, 6 de agosto de 2007
domingo, 5 de agosto de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Como persona de izquierdas,comprometidos con valores como la solidaridad,la justicia social,la paz,la libertad, los derechos humanos y el compromiso con los emigrantes,con los marginados , los debiles, los excluidos sociales, deseo colaborar con este pequeño grano de arena a difundir esos valores y pensamientos que anteponen al ser humano a los intereses economicos,politicos,estrategicos,personales,etc....
NO ME LLAMES EXTRANJERO
No me llames extranjero, por que haya nacido lejos,
O por que tenga otro nombre la tierra de donde vengo
No me llames extranjero, por que fue distinto el seno
O por que acunó mi infancia otro idioma de los cuentos,
No me llames extranjero si en el amor de una madre,
Tuvimos la misma luz en el canto y en el beso,
Con que nos sueñan iguales las madres contra su pecho.
No me llames extranjero, ni pienses de donde vengo,
Mejor saber donde vamos, adonde nos lleva el tiempo,
No me llames extranjero, por que tu pan y tu fuego,
Calman mi hambre y frío, y me cobije tu techo,
No me llames extranjero tu trigo es como mi trigo
Tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego,
Y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño.
Y me llamas extranjero por que me trajo un camino,
Por que nací en otro pueblo, por que conozco otros mares,
Y zarpé un día de otro puerto, si siempre quedan iguales en el
Adiós los pañuelos, y las pupilas borrosas de los que dejamos
Lejos, los amigos que nos nombran y son iguales los rezos
Y el amor de la que sueña con el día del regreso.
No me llames extranjero, traemos el mismo grito,
El mismo cansancio viejo que viene arrastrando el hombre
Desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras,
Antes que vinieran ellos, los que dividen y matan,
Los que roban los que mienten los que venden nuestros sueños,
Los que inventaron un día, esta palabra, extranjero.
No me llames extranjero que es una palabra triste,
Que es una palabra helada huele a olvido y a destierro,
No me llames extranjero mira tu niño y el mío
Como corren de la mano hasta el final del sendero,
No me llames extranjero ellos no saben de idiomas
De límites ni banderas, míralos se van al cielo
Por una risa paloma que los reúne en el vuelo.
No me llames extranjero piensa en tu hermano y el mío
El cuerpo lleno de balas besando de muerte el suelo,
Ellos no eran extranjeros se conocían de siempre
Por la libertad eterna e igual de libres murieron
No me llames extranjero, mírame bien a los ojos,
Mucho más allá del odio, del egoísmo y el miedo,
Y verás que soy un hombre, no puedo ser extranjero.
RAFAEL AMOR
Ateo: una ley natural
Manifestamos creer que vivimos en el mejor universo posible. No soportaríamos existir en un universo regido por una determinada fuerza divina, misteriosa, caprichosa.
No soportaríamos saber que nuestras “almas vivirían” eternamente, en un constante placer o sufrimientos, basados éstos en lo que hicimos o dejamos de hacer en esos pocos o muchos años terrenos y en criterios sustentados en absurdos dogmas.
No soportaríamos saber que vamos seguir naciendo y renaciendo casi infinitamente, pero sin poder recordar nadas de esas vidas pasadas.
Si existiese dios, entonces la vida no tendría ningún sentido. Resulta pues que ese dios es el que tiene sentido y nuestro sentido proviene de él. Ciertamente somos nada más que sus cobayas, manipulados de aquí para allá, corriendo como hámster en la rueda de su jaula, ignorantes de sus verdaderos propósitos. Y dentro de esos sus propósitos podemos ser muertos fulminantemente, esclavizados, santificados, hasta mismos ahogados en masas, cuando falla sus pensados experimentos.
Si existe dios, entonces todos los esfuerzos conseguidos por la humanidad durante tantos milenios para así poderse entender y convivir; todas las ciencias y filosofías de ese saber humano de nada han valido. Si existe dios, entonces no existen éticas ni moralidad: solamente el adecuarse o no a las reglas impuestas por su “infinita y divina sabiduría”.
Si existe dios y tenemos el libre arbitrio, entonces esa libre voluntad no es nada, esa dádiva solamente la disfrutaremos porque nos fue concedida y en cualquier momento él nos la puede quitar fácilmente, en décimas de segundos.
Indudablemente, nos dirán que si dios no existe, entonces todo es permitido. Pero si dios existe, por otro lado entonces testificaran que no vale la pena hacer nada, pues no tendría sentido.
Entre los distintos lectores creyentes cada uno podrá cuestionar de diversas maneras: “Para mí, la gran preocupación no es si dios existe o deja de existir, lo importante es saber si de alguna manera vamos continuar existiendo después de la muerte. Yo estoy seguro que sí vamos a continuar de alguna manera. Tengo que creerlo. Desde luego, porque si no es así, ¿qué es la vida sino un sueño? Al no tener la vida ningún sentido propio, ¿para qué continuar?, mejor es darse un tiro en la cabeza después de haber cenado…”.
Los lectores ateos cuestionaran de otra manera. “Yo no me doy un tiro porque, además de no poseer armas (soy anti-bélico y pacifista), quiero llegar al final de esta novela; porque aún hay dos mil libros que quiero leer, algunas mujeres que amar. Quiero asistir las próximas películas de Almodóvar para saber lo que ese fantástico loco tiene para ofrecernos. Porque aún me queda por escribir un mínimo de dos docenas de libros que ya tengo proyectado en el pensamiento… ¿Será que eso, otras cosas y mucho más no son motivos suficientes para dejar de pensar tonterías como el meterse una bala en la cabeza?
Talvez, pudiera ser que dios exista. Pero la verdad clara es que sentimos esclaro fríos en pensar en esa posibilidad. Por lo que sino podemos tener la libertad deseada, entonces nos queda la ilusión que es mejor que nada. A todo eso sabemos rotundamente que NO existe.
La realidad aquí contenida es que somos ateos por los cuidadosos análisis de las evidencias empíricas, pues no existen bases fundamentales para sustentar la existencia de uno o varios dioses. Somos ateos porque solamente así podaríamos existir y funcionar como seres humanos en un universo sin dios.
Dios es un concepto imaginario y simbólico. Usamos el término simbólico para concensuar el término dios basado en textos sobre lo imaginario en que lo simbólico seria colectivo y cultural y lo imaginario sería individual e ilusorio. Tenemos ahí la hipótesis del concepto dios como un ser imaginario y simbólico en oposición al concepto de dios como ser real.
El ateísmo científico está basado en las ciencias naturales entre ellas la astronomía que no encontró evidencias algunas de la existencia de una divinidad. El concepto dios, como un ser real tiene como principal característica la creación del universo, con base en la lógica de que todo tiene que ser creado aunque no sea por él. Pero ocurre que si ese dios no forma parte del todo, no es posible que pueda existir. A partir de esa variación ocurren los diversos argumentos a favor de la existencia de dios, que fallan por partir de la primicia existencia y la toma como conclusión.
Los fundamentos antropológicos que completa esa hipótesis, es el método genético crítico de Feuerbach, eminente materialista alemán que defendió al concepto en la década de los años 30 del siglo XIX, por lo que se dio un gran paso para la época: “La diferencia fundamental entre el hombre y el animal consiste en el hecho que el animal está regulado instintivamente y el hombre tiene consciencia por lo que puede reflexionar sobre sí propio. Pero la consciencia ultrapasa las fronteras del ego por lo que tiende también a comprender el mundo, dirigiéndose así hacia lo infinito. Es aquí donde se funda la religión, por lo que al problema consiste, obviamente, de que el hombre separe lo infinito de sí mismo.”.
Visto de esta manera, la religión nace con un proceso de proyección. Una experiencia humana es considerada como existiendo fuera del hombre. Al contrario de la creación bíblica, es precisamente el hombre que ha creado a dios a partir de su propia imagen: “Homo homini Deus est”. Acrecienta aún que entre el hombre y lo divino no hay una oposición real, pero sí ilusoria. La contradicción fundamental está en el hombre, porque no hay una esencia religiosa. La religión es una abstracción de las limitaciones de la vida humana, corporal, etc. En concreto, no existen cualidades en sí mismas en la vida divina.
Veamos ahora algunos preconceptos que de nosotros tienen diversas personas, a empezar por las que denominamos meapilas, ellos creen saber quienes somos dentro de esas ideas de intolerancias por creerse “iluminados.
- Los ateos no son enemigos de ninguna religión, ellos simplemente no creen en ese denominado dios.
- Los ateos no creen en demonios o en cualesquiera otras cosas tenidas como negativas por todos los cleros religiosas, del pasado, presente o futuro, nosotros simplemente no creemos en dios.
- Los ateos no son personas que dejen de creer en nada. Nosotros creemos en todo aquello en que haya consenso, además de los diversos valores morales, la diferencia consisten que e en esos valores estén involucrados con un determinad dios.
- Los ateos sí vemos el sentido de la vida y creen en el prójimo, tienen preocupaciones como cualquier ser humano, las diferencias consisten en que no creemos en ese u otros determinados dioses.
- Los ateos no van a perseguir, ni matar a las personas teístas, como siempre ha ocurrido contra ellos, la verdad, te van a apreciar, por lo que eso no tiene nada que ver con el ateísmo, solamente es que no creemos en ningún dios.
Los ateos, por no creer en dios, no creen en la “vida” posterior a la muerte; pero insistimos, eso no quiere decir que nosotros no les demos valores a la vida, muy por el contrario, valorizamos mucho la vida precisamente por ese factor, que solamente es una.
- Los ateos, al igual que cualquiera otras personas, estudian, se equivocan, apasionan, se arrepienten, etc., lo que ocurre es que no creemos en dios.
- Los ateos luchan por sus derechos, pues también sufren, y mucho, con los preconceptos de los otros, lo que ocurre que no creemos en ese dios ni en ninguno.